La manicura en gel está de moda. A diferencia de la manicura con acrílico, la semipermanente se aplica con un gel que se endurece (se cura) con una lámpara de luz ultravioleta.
La apariencia es idéntica a la de una manicura con esmalte tradicional, pero con la gran ventaja de que dura intacta semanas.
Solo tendremos que retirar estas uñas en gel cuando las naturales hayan crecido lo suficiente como para que resulte antiestético o si el esmalte se ha empezado a deteriorar.
Las uñas acrílicas, en cambio, serían comparables a las extensiones de cabello, ya que son postizos que se adhieren a la uña durante la manicura modificando la longitud y forma de las uñas naturales.
Ambos tipos de manicura se pueden ir manteniendo a base de rellenos periódicos.
Sin embargo, con la variedad de opciones y tendencias que hoy en día encontramos en el mundillo del nail art, son muchas las que deciden estrenar nueva manicura con frecuencia.
Paso 1
Es recomendable comenzar por limar la superficie de las uñas. Para ello es necesario usar la cara más abrasiva de una lima. El objetivo es eliminar esa primera capa de brillo de la manicura, que ha ayudado a que nuestras uñas permanezcan intactas todo este tiempo.
Tras este paso, las uñas habrán quedado con un aspecto rayado y mate, ya que habremos eliminado esa última capa de top coat.
Pero el esmalte semipermanente seguirá estando ahí.
Paso 2
La manera adecuada de retirar ese gel es conseguir que el Bye Gel penetre en las uñas hasta que se ablanden. Para ello, puesto que ya hemos retirado con la lima la capa protectora de la manicura, podemos recurrir a varias opciones:
– humedece un algodón con Bye Gel y deja reposando en cada una de tus uñas durante 15 minutos cubriéndolas con papel aluminio.
En caso de que queden restos de esmalte adheridos a la uña, lo más conveniente será ablandarlos de nuevo con Bye Gel, ya que si intentamos retirarlos manualmente, podemos dañar la superficie de la uña.